En nuestra llegada a Filipinas nos hemos sentido un poco desorientados… Por un momento hemos pensado que nos habíamos equivocado de vuelo y habíamos vuelto a India…
Si, eso que ves alrededor tuyo es pobreza, calles sin asfaltar, carencia de infraestructuras… Parece que estés en un país donde el turismo todavía no ha llegado, cosa que es mentira porque lo hay.
Nuestro viaje por Filipinas ha sido, por motivos de escasa conectividad de internet y debido a eso, poca compatibilidad con el trabajo de Simona, bastante breve.
Visto los pocos días que disponíamos hemos decidido dedicar toda la parte de nuestra visita, a la isla de Palawan (la mejor isla del mundo según varias encuestas), dejando de lado la capital de Filipinas (Manila), por recomendaciones de la gente local que nos decían que era sucia, caótica y un poco peligrosa.
Nuestro viaje comenzó en Puerto Princesa, dónde alquilamos una moto para llegar a Nagtabon Beach, una playa de ensueño con aguas transparentes, donde a pesar del turismo de Palawan, aquí todavía se conserva la autenticidad del lugar.
El día de siguiente dejamos de lado las playas para visitar una de las 7 maravillas naturales del mundo: el río subterráneo de Puerto Princesa. Inútil explicaros lo maravilloso que es (las fotos hablan por sí solas). A parte de la belleza del lugar, en esta visita hemos vivido otra cosa importante: los filipinos son personas maravillosas, dotadas de una gran simpatía.
Dejando de lado el río subterráneo y Puerto Princesa, nos subimos en una furgoneta dirección a El Nido. Es aquí donde nos hemos encontrado con las maravillosas lagunas y playas que podéis admirar googleando Palawan. Desgraciadamente, El Nido es un pueblo sucio, mal conservado y con precios muy caros para los servicios que ofrecen.
Nosotros nos alojamos en Corong Corong, una zona entre El Nido y la bonita playa de Las Cabañas, con un atardecer de esos que se te quedan grabados para siempre.
Obviamente no nos hemos perdido las excursiones en barca para visitar lo mejor de esta zona de Palawan (recomendamos hacer el combo de los tours A y C para quien tenga pensando venir a Filipinas).
Llegando a El Nido queda claro como los filipinos, curtidos de colonizaciones pasadas (entre ellas la española, de ahí el nombre de Filipinas, que pusieron en honor al rey Felipe II ), no quieren volver a dejarse “invadir” por occidente y prefieren hacer las cosas a su modo. El problema es que no consiguen ofrecer servicios adaptos a el coste de estos.
Lo que hemos dicho de El Nido sirve también para Coron, una isla a la que llegamos después de 4 horas de ferry y en la cuál hemos estado un par de días. También aquí hemos visto lagunas y playas de ensueño, pero dejamos que las fotos hablen por nosotros.
Sin embargo, preferimos hablaros más a fondo de nuestra última etapa por Palawan: el pueblecito de Port Barton.
Port Barton se encuentra entre El Nido y Puerto Princesa, y aquí el turismo de masa parece llegar más lentamente. Comienzan a verse los primeros restaurantes más “occidentales” (en este caso la gestión no es filipina) pero todavía se respira la tranquilidad de un pueblo inmerso entre la jungla y el mar. Aún es posible relajarse en una hamaca, en compañía de los sonidos de la naturaleza. Aquí se conoce todo el pueblo y el clima que se respira recuerda a los pueblos de la España profunda 🙂
A 10 minutos en barca (3€ ida y vuelta) se encuentra la llamada White Beach, una playa donde la única preocupación que tuvimos fue que no se nos cayera un coco en la cabeza mientras nos relajábamos 😀 Aunque Port Barton ofrece también una playa limpia y tranquila donde pasar el día (a diferencia de El Nido y Coron, donde hay que desplazarse para encontrarlas).
En definitiva, Port Barton nos ha ofrecido el relax que queríamos después de 3 semanas intensas y antes de un largo viaje que nos espera por Vietnam!
Nos vemos en Ho Chi Minh! ;P
Al nostro arrivo nelle Filippine ci siamo sentiti un pochino spaesati.
Per un momento abbiamo creduto di aver sbagliato volo ed essere ritornati in India.
Si, quello che vedi intorno a te è povertà, strade senza asfalto, carenza di infrastruttura. Sembra di essere in un paese dove il turismo non è ancora arrivato eppure il turismo c’è, ce n’è fin troppo.
Il nostro viaggio nelle Filippine è stato, per motivi di scarsa connettività e quindi poca conciliabilità con il lavoro, abbastanza breve.
Visti i pochi giorni a disposizione abbiamo scelto di dedicare tutta la nostra visita alla zona di Palawan, tralasciando la capitale delle Filippine, a detta di tutti sporca, caotica e pericolosa.
Il nostro viaggio è iniziato a Puerto Princesa dove, muniti di motorino siamo partiti alla ricerca di belle spiagge, per arrivare nella bellissima Nagtabon Beach, un luogo ancora poco battuto dal turismo e con un’acqua cristallina. Qui abbiamo iniziato a comprendere che, seppur Palawan sia un isola super turistica, i servizi sono ancora piuttosto basilari (evviva).
Il giorno dopo abbiamo abbandonato le spiagge per visitare una delle sette meraviglie della natura: il fiume sotterraneo di Puerto Princesa.
Inutile dirvi quanto sia meraviglioso (le foto parlano da sé). Oltre alla bellezza del luogo, da questa gita abbiamo capito un’altra importantissima cosa: i filippini sono persone meravigliose, dotate di grande simpatia.
Lasciato il fiume sotterraneo e Puerto Princesa siamo saliti su un van in direzione El Nido. È qui che si trovano le bellissime lagune e le spiagge che potete ammirare googlando Palawan. Purtroppo El Nido è un paese sporco, poco curato e che offre dei servizi non adeguati ai costi.
Noi abbiamo alloggiato a Corong Corong, a pochi minuti dalla bella spiaggia de Las Cabanas, e con un tramonto mozzafiato.
Ovviamente non ci siamo fatti mancare escursioni in barca per visitare le lagune e le spiagge di El Nido (tour A e C per chi fosse interessato a un viaggio nelle Filippine).
Arrivando a El Nido é chiaro come i filippini, reduci da colonizzazioni passate, non vogliano più farsi “invadere” dell’Occidente e preferiscano fare da sé. Il problema è che non riescono a offrire un servizio commisurato alla spesa.
Insomma: El Nido va bene per chi ha due settimane di ferie, un budget elevato, e vuole farsi una vacanza in un resort.
Direi che non è il nostro caso 😀
Quello che abbiamo detto su El Nido vale anche per Coron, un’isola che abbiamo raggiunto con 4 ore di ferry e nella quale ci siamo fermati un paio di giorni. Anche qui bellissime lagune e anche qui lasciamo che le foto parlino per noi.
Vogliamo invece parlarvi più a fondo dell’ultima tappa del nostro viaggio a Palawan : la cittadina di Port Barton.
Port Barton si trova a metà strada tra El Nido e Puerto Princesa. Qui il turismo di massa sembra arrivare più lentamente. Iniziano a vedersi i primi ristoranti più “occidentali” (in questo caso la gestione non è filippina) ma si respira ancora la tranquillità di un paesino immerso tra giungla e mare.
È ancora possibile sdraiarsi su un amaca per riposare, in compagnia dei soli suoni della natura. A Port Barton sono tutti parenti tra loro (per un momento pensavo di essere in Calabria) e il clima è amichevole. Una spiaggia molto bella (anche quella del paese è carina) è raggiungibile in 10 minuti di barca (al costo di 3 euro a/r).
Insomma, Port Barton ci ha regalato in relax che volevamo dopo 3 settimane intense e prima di un lungo viaggio nel meraviglioso Vietnam.
Ci vediamo a Ho Chi Minh. 🙂
L’intero contenuto del sito è coperto da copyright. E’ vietata la riproduzione, anche parziale, di immagini, testi o contenuti senza autorizzazione.
Todo el contenido del sitio está protegido por derechos de autor. Queda prohibida la reproducción, incluso parcial, de imágenes, textos o contenidos sin autorización.